Evitando las pérdidas y desperdicios: La "Panadera" que da valor social a sus mermas
Según el "Índice de desperdicios de alimentos 2021", en el año 2019, se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos en total entre los minoristas y consumidores. Es decir, que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo fue a parar a la basura. El resto se pierde durante el transporte, almacenamiento y procesamiento.
En Chile, según lo publicado en el segundo Boletín de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos de la FAO, se estima que se desperdician aproximadamente 63,3 kg de pan al año por familia, lo que corresponde al 16,7% del consumo promedio en la población nacional. Esta cifra no contempla, las pérdidas que ocurren a nivel de panaderías, donde es muy común tener mermas al final del día, lo cual depende de distintos factores, por ser un alimento que se vende directo al consumidor (baja la venta en ciertos días, las épocas del año por ejemplo ya que en verano se vende menos pan).
La Corporación Actuemos (www.actuemos.org), que lleva años propiciando temas relativos a la educación e impulsar una cultura alimentaria que evite las pérdidas y desperdicios y que valore nuestros alimentos en toda su esencia (desde el cultivo a la mesa), propone entre sus acciones: la generación de alianzas ciudadanas, empresariales y comunitarias fáciles de implementar que busquen revalorar el alimento.
Una de estas triangulaciones es justamente anexando sectores Pymes, del ámbito alimentario, a organizaciones sociales que den un nuevo uso a alimentos, antes de que lleguen a la basura.
La pyme "La Panadera", cuya dueña es Francisca Leyton, entrega desde hace 6 años en forma permanente mermas de pan (alimentos que no se alcanzan a vender), cerca de 40 kilos semanales, a la Fundación Olla Rabbani https://ollarabbani.com/ . Ellos reutilizan estos alimentos, que reciben de este negocio y de otros, y los transforman en la base de 6 ollas de alimentos a la semana, de 90 raciones cada una, las que reparten en sectores necesitados de la Vega y otros de la ciudad en Santiago cubriendo a 540 personas aproximadamente. Específicamente, el pan que la Fundación recibe es congelado para servirlo en los almuerzos que coordinan semanalmente o entregarlo en las viandas, que reparten en terreno.
"Sabemos que cuando recibimos mermas es porque la panadería ha dejado de ganar, pero por otro lado es tan importante el aporte que brindan que nos permiten entregar almuerzos todos los días sábados y martes, así mismo distribuimos a otras organizaciones que llegan a nuestra Fundación a recoger el alimento", afirma Mehmet Rodrigo Blamey Toledo, de la Olla Rabbani.
Francisca Leyton agrega: "La Panadera lleva 9 años de vida, siempre he pensado que los panaderos tenemos la suerte y responsabilidad de entregar un alimento básico, es por eso que además de lucrar del negocio, debemos hacer llegar el pan a las personas más necesitadas", agrega Leyton.
Sofía Bustos, Directora Ejecutiva de la Corporación Actuemos, indica: "La Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (PDA) es uno de los problemas más graves que enfrenta el mundo hoy en día, donde alrededor de un tercio de la comida que se produce en el mundo es desperdiciada. Las Pérdidas y el Desperdicio de Alimentos (PDA), no sólo representan grandes pérdidas económicas, sino que implica un derroche de recursos naturales al cosechar, procesar, empacar y transportar los alimentos dando como resultado un incremento significativo de gases de tipo invernadero, deforestación, destrucción de la biodiversidad y desperdicio de recursos no renovables como el agua. Por eso, es tan importante el rol que todos, gobiernos, sociedad civil y privados tomemos acciones para reducirlo. Desde el Estado es necesario construir políticas públicas que den un marco regulatorio para disminuir las PDA y más acciones de sensibilización y de educación a las personas ya que cerca del 61 % del desperdicio se produce en los hogares".
Para Actuemos, esta iniciativa podría masificarse en el rubro de las panaderías, generando un impacto positivo en muchos sectores necesitados, apoyando a fundaciones sin fines de lucro y permitiendo a los empresarios dar un nuevo uso a alimentos, además de un valor sostenible y social a sus mermas cotidianas.